Estudio sociodemográfico de los inquilinos en España

Situación sociodemográfica de los inquilinos en España

El encarecimiento de la compra de vivienda en los últimos años ha impulsado el alquiler como una opción más accesible para muchas familias y jóvenes que  no pueden desembolsar el gasto de una entrada o que no desean contratar una hipoteca hasta tener claras sus perspectivas de futuro. Aunque España sigue siendo un país de propietarios, un 24,7% de los hogares viven de alquiler, una cifra todavía inferior a la de la Unión Europea, que se sitúa en el 30,8%. 

El alto precio de la vivienda, junto con la financiación limitada para su adquisición, ha generado mayores barreras de acceso a la propiedad. Los estrictos requisitos hipotecarios han empujado a un número creciente de personas hacia el mercado del alquiler. El retraso de la emancipación, el aumento de hogares unipersonales y la preferencia por la movilidad profesional también han contribuido a ello. Sin  embargo, el alquiler presenta también serios problemas que dificultan el acceso a una vivienda para muchas personas. El último dato facilitado por el Instituto Nacional de Estadística (INE) apunta a que la población española roza ya los 49  millones de habitantes. La escasez de oferta, insuficiente para cubrir las necesidades de una demanda creciente, especialmente en las grandes ciudades, ha provocado un aumento de los precios del alquiler que ha traído al centro de la agenda social y política la cuestión de la vivienda y las posibles soluciones para hacer frente a este problema.

El Observatorio del Alquiler de la Fundación Alquiler Seguro y la Universidad Rey Juan Carlos, en colaboración con el portal inmobiliario Fotocasa, presenta el estudio Situación Sociodemográfica de los Inquilinos en España, en el que  analiza aspectos relacionados con las condiciones sociales, demográficas y financieras de las personas que viven de alquiler en todas las provincias del país.

Este estudio toma como base la situación del mercado del alquiler a mediados de este año, con la última actualización de los precios que el Observatorio dio a conocer para el segundo trimestre de 2024. Este análisis establece también una comparativa entre el arrendamiento de viviendas completas y el alquiler de habitaciones.

1. Los inquilinos españoles destinan el 34% de sus ingresos a pagar el alquiler

La mayoría de expertos recomiendan a los inquilinos no destinar más de un tercio de sus ingresos mensuales a pagar la renta del alquiler para no poner en riesgo su estabilidad financiera. Entre otros organismos, el Banco de España incide en que los arrendatarios no desembolsen más del 35% de sus ganancias a pagar una vivienda.

Sin embargo, en diez provincias del país, el esfuerzo económico de los inquilinos supera ese umbral del 35%. Se trata de lugares como Guipúzcoa (39,4%), Islas Baleares (39,3%), Barcelona (38,3%), Vizcaya (38,3%), Las Palmas (38,2%), Málaga (37,5%), Santa Cruz de Tenerife (36,7%), Valencia (36%), Madrid (35,8%) y Álava (35%).

Provincias donde los inquilinos dedican más del 35% de sus ingresos al alquiler de una vivienda

Son algunas de las provincias más pobladas del país, donde la presión de la demanda y los precios son más altos, como consecuencia del aumento de la población, de la escasez de oferta y de la presión del modelo turístico en las zonas costeras. En estas zonas, los inquilinos destinan un porcentaje muy alto de sus ingresos económicos a pagar la renta del alquiler de sus hogares, en muchos casos, porque no encuentran inmuebles más asequibles que se ajusten mejor a sus capacidades financieras.

En el conjunto del país, de media, los inquilinos desembolsan un 34,2% de sus ganancias para pagar el alquiler, muy cerca del límite que los expertos consideran excesivo. Sin embargo, existen grandes disparidades en el esfuerzo que los arrendatarios realizan en cada una de las provincias del país. Mientras que en diez lugares se sobrepasa la cifra del 35%, la gran mayoría de territorios se sitúan por debajo de este umbral.

En el rango de entre el 30% y el 35% de esfuerzo, se encuentran un total de 16 provincias. Entre ellas, destacan algunas de las más pobladas del país, como Alicante (32,5%), Zaragoza (31,5%), Sevilla (31,5%), A Coruña (31,3%) o Cádiz (30,4%). También en este tramo se encuentran otras zonas como Girona (34,3%), La Rioja (33,2%), Pontevedra (33,1%), Cantabria (32,6%), Ceuta (32,6%), Navarra (32,1%), Melilla (31,6%), Granada (30,9%), Segovia (30,6%), Asturias 830,3%) u Ourense (30,1%).

El grueso de provincias se enmarca en el rango del 25% al 30% de esfuerzo salarial. Se encuentran aquí lugares como Salamanca (29,8%), Huelva (29,2%), Soria (28,8%), Ávila (28,2%), Guadalajara (27,9%), Lleida (27,8%), Murcia (27,6%), Lugo (27,4%), Cuenca (27,2%), Castellón (26,9%), Jaén (26,6%), Valladolid (26,6%), Cáceres (26,4%), Toledo (26,4%), Tarragona (26,2%), Almería (26%), Córdoba (25,9%), Huesca (25,6%), Badajoz (25,6%) y Albacete (25,1%).
Por debajo del 25%, las provincias donde los inquilinos destinan el menor porcentaje de sus ingresos a pagar la renta son Ciudad Real (24,9%), Burgos (24,7%), Zamora (24,3%), Palencia (24,2%), Teruel (23,6%) y León (22,5%).

Esfuerzo de los inquilinos en alquiler de vivienda completa por provincias

Con respecto a la situación de los inquilinos en 2023, el esfuerzo se ha mantenido estable, aunque con cambios significativos en algunas de las provincias del país. A nivel nacional, los arrendatarios españoles dedicaban el año pasado el 34,7% de sus ingresos al pago del alquiler, lo que indica una bajada de 0,5 puntos. 

Por provincias, donde más ha subido el esfuerzo en estos seis meses es en lugares como Las Palmas (+3,1%), Jaén (+2,9%), Sevilla (+2,7%) o Zaragoza (+2,6%). En cambio, las mayores bajadas en el porcentaje de ingresos destinados al alquiler se han producido en Madrid (-2,4%), Baleares (-2,2%) y Barcelona (-2,1%).

2. La edad media de los inquilinos en España: 35,5 años

Un dato que aporta este estudio es la edad media de los inquilinos en cada una de las provincias de España. A nivel nacional, se sitúa en 35,5 años, un ligero ascenso con respecto al final de 2023, cuando alcanzó los 32,8 años. 

Por provincias, las más jóvenes del país fueron Girona (32,1), Jaén (32,1), Ávila (32,4), Teruel (32,4) o Soria (32,5). Entre los territorios más poblados, destaca el caso de Zaragoza (32,9). Por el contrario, entre las provincias donde la media de edad de los inquilinos es más elevada se encuentran zonas como Segovia (40,5), Las Palmas (40,2), Murcia (39,4), Castellón (38,7), Cádiz (38,5) o Málaga (38,5).

3. Los altos precios empujan a los inquilinos a compartir vivienda

El esfuerzo salarial de los inquilinos depende, en gran medida, del número de personas que viven en una misma vivienda. Repartir los gastos del alquiler es una forma de encontrar un hogar más asequible. A las familias y parejas se han sumado en los últimos años otros modelos de convivencia, en muchos casos impulsados por el crecimiento de los precios, que hacen que muchos arrendatarios no puedan permitirse alquilar un inmueble en solitario y los empujan a compartir.

La ocupación media de los hogares en alquiler es de 2,1 personas por vivienda. Por provincias, donde menos personas conviven en un mismo piso es en lugares como Ávila, Ciudad Real, La Rioja, Lugo, Melilla, Palencia y Teruel, con 1,6 habitantes por inmueble.

Del lado contrario, las provincias donde más personas conviven en un mismo hogar son Baleares (2,5), Barcelona (2,5), Madrid (2,4), Guipúzcoa (2,3), Alicante (2,1), Málaga (2,1), Santa Cruz de Tenerife (2,1) o Vizcaya (2,1).

Provincias con menos convivientes por vivienda

Provincias con más convivientes por vivienda

Existe una estrecha correlación entre el precio medio de los alquileres y el número de personas por vivienda, lo que demuestra que, en las provincias donde es más caro vivir de alquiler, los inquilinos tienden más a compartir piso para hacer frente de forma conjunta al pago de los alquileres y disminuir así el porcentaje de su salario que destinan a la renta.

Entre las provincias con mayor número de convivientes por hogar se encuentran algunas de las que tienen los precios medios más altos del alquiler. En concreto, las tres provincias donde más se comparte vivienda son las tres con precios más altos del país: Baleares, con un precio medio de 1.602€; Barcelona, con un precio medio de 1.598€ y Madrid, con un precio medio de 1.497€. Guipúzcoa (1.421€), Vizcaya (1.224€), Málaga (1.189€) y Santa Cruz de Tenerife (1.037€) también se encuentran entre las provincias con los precios medios más altos.

Es por esto que, en aquellas provincias donde más ha aumentado el número de personas que conviven en un mismo hogar entre finales de 2023 y el periodo analizado, también se ha producido una disminución del esfuerzo de los inquilinos. En Baleares, Barcelona y Madrid, el número de personas por vivienda aumentó en estos seis meses en 0,2, 0,3 y 0,2 puntos, respectivamente, lo que explica las bajadas en el peso de la renta del alquiler en los ingresos de los arrendatarios, que se redujeron un 0,3%, un 0,2% y un 0,2%, respectivamente, en estos meses.

Cuantos más inquilinos residen en una misma vivienda, más se reparten el coste del alquiler, por lo que su esfuerzo económico se reduce. Se trata de una alternativa que está creciendo, especialmente en las grandes ciudades. Muchas personas no pueden permitirse vivir solas, por lo que se ven abocadas a compartir hogar durante más tiempo de lo que les gustaría.

4. Alquiler de habitaciones: una alternativa más asequible

Pero no solo ha crecido el número de personas que comparten vivienda como consecuencia de los altos precios del alquiler. También se ha popularizado como una alternativa más asequible el alquiler de habitaciones. Se trata de una modalidad de arrendamiento distinta, que se rige por una legislación diferente a la Ley de Arrendamientos Urbanos (LAU).

El alquiler de habitaciones no es una alternativa nueva, pero sí que ha experimentado un auge considerable, de la misma forma que los alquileres de
temporada, en los últimos meses, sobre todo como consecuencia de las restricciones impuestas por la Ley de Vivienda, que solo afectan a los arrendamientos de vivienda habitual de larga duración.

Este estudio analiza también el esfuerzo de los inquilinos en la modalidad de alquiler de habitaciones. Así, mientras que, en el alquiler de vivienda habitual, los inquilinos destinan el 34,2% de sus ingresos al pago de la renta, en el arrendamiento de habitaciones el esfuerzo se reduce al 22,3%.

Por regiones, los inquilinos que mayor porcentaje de sus ingresos destinan al alquiler residen en Cataluña (27,9%), Baleares (26,9%), Madrid (24,7%), País Vasco (23,8%) y Navarra (23,2%) y Canarias (21,2%). Entre el 15 y el 20%, se encuentran regiones como la Comunidad Valenciana (19,7%), Aragón (16,6%), Andalucía (16,2%), Cantabria (16,1%) y Galicia (15,6%).

Las comunidades autónomas donde alquilar una habitación supone un menor esfuerzo para los inquilinos son la Región de Murcia (14,3%), Asturias (14,2%), La Rioja (14,1%), Castilla y León (14%), Castilla-La Mancha (13,6%) y Extremadura (10,7%).

Esfuerzo de los inquilinos en alquiler de habitaciones por comunidades autónomas

En el ámbito provincial, los mayores esfuerzos se producen en lugares como Barcelona (28,2%), Baleares (26,9%), Vizcaya (25,5%), Madrid (24,7%), Navarra (23,2%), Santa Cruz de Tenerife (23%), Málaga (22,1%) y Las Palmas (20,5%). Un caso a destacar es el de Guipúzcoa, donde el esfuerzo por el alquiler de vivienda habitual es el más alto de España, pero que para una habitación se reduce al 17,3%.

Provincia Esfuerzo por Alquiler de Vivienda Esfuerzo por Alquiler de Habitación
Guipúzcoa 39,4% 17,3%
Islas Baleares 39,3% 26,9%
Barcelona 38,3% 28,2%
Vizcaya 38,3% 25,5%
Las Palmas 38,2% 20,5%
Málaga 37,5% 22,1%
Santa Cruz de Tenerife 36,7% 23%
Valencia 36% 21,2%
Madrid 35,8% 24,7%
Álava 35% 16,3%

5. Comparativa por provincias

Al tomar en cuenta el análisis de todas estas variables, se encuentra una suerte de España a tres velocidades. Algunas provincias presentan los valores más altos en cuestiones como precio, esfuerzo o número de convivientes por vivienda, pero también en otros aspectos como los ingresos por hogar o la oferta per cápita. En un segundo nivel, aparecen provincias con valores intermedios. Por último, un amplio número de provincias presentan valores más bajos.

El Observatorio del Alquiler ya ha analizado en estudios previos la heterogeneidad del mercado del alquiler, destacando las importantes diferencias que existen entre territorios. Las grandes ciudades, donde la creciente población ejerce una mayor presión por el lado de la demanda, y las zonas costeras, muy influidas por el peso del turismo, son las provincias donde se encuentran más problemas para acceder a una vivienda, sobre todo por los altos precios. Entre estas, se encuentran algunas como Madrid, Barcelona y Baleares.

Provincias con valores más altos: Madrid, Barcelona y Baleares

Estas regiones concentran grandes flujos de migración interna y migración externa debido a su dinamismo económico, educativo y cultural. Esto incrementa la demanda de alquiler, puesto que existe un número elevado de personas que llegan sin intención de adquirir propiedades de manera inmediata. Tanto Madrid como Barcelona son polos de urbanización, con un sector servicios fuerte y con mayores oportunidades laborales, lo que aumenta la presión del mercado. En Baleares, por su parte, la alta estacionalidad turística eleva la demanda de alquiler para trabajadores temporales y turistas que optan por alquileres vacacionales.

Provincia Presión Precio Ingresos Esfuerzo Oferta per cápita
Baleares 102 1.602€ 4.077,5€ 39% 3%
Barcelona 362 1.598€ 4.167,5€ 38% 2%
Madrid 102 1.497€ 4.180,8€ 36% 2%

Madrid y Barcelona cuentan con un mercado laboral flexible, donde los contratos temporales e inestables han dificultado la compra de vivienda, dejando el alquiler como una opción más viable. Además, existe también una tendencia cultural en las nuevas generaciones a preferir la vida en las grandes ciudades por su oferta cultural y social, en detrimento de las zonas periféricas, lo que genera una presión adicional en estos núcleos.

La oferta de vivienda disponible, si bien es más alta que en otras provincias, resulta totalmente insuficiente para absorber el alto volumen de demanda. La escasez de suelo urbano, sobre todo en Baleares y Barcelona, restringe la construcción de nuevas promociones inmobiliarias. Además, la baja tasa de construcción de vivienda nueva no ha logrado mantener un ritmo acorde al crecimiento poblacional y a las dinámicas de la demanda.

Todo esto ha derivado en unos precios muy elevados para acceder a una vivienda en alquiler. Existe una correlación muy fuerte entre precios y esfuerzo. Los inquilinos de estas provincias no se encuentran solo entre los que más pagan por el arrendamiento de un inmueble, sino también entre los que destinan mayor parte de sus ingresos a sufragar las rentas. Esto sugiere que, a medida que aumentan los precios del alquiler, el esfuerzo financiero de las familias también se incrementa. Es decir, los precios de los alquileres en estas zonas han crecido a un ritmo más acelerado que los ingresos de los hogares.

Provincias con valores más bajos: Teruel, Palencia, Ciudad Real 

En el otro extremo, encontramos las zonas más despobladas del interior del país, donde el panorama en materia de vivienda es muy diferente. Los precios son más asequibles, no solo en el alquiler, sino también en la compra. Sin embargo, la oferta también es mucho más estrecha, y los ingresos de los hogares son menores.

El encarecimiento de la compra de vivienda en los últimos años ha impulsado el alquiler como una opción más accesible para muchas familias y jóvenes que  no pueden desembolsar el gasto de una entrada o que no desean contratar una hipoteca hasta tener claras sus perspectivas de futuro. Aunque España sigue siendo un país de propietarios, un 24,7% de los hogares viven de alquiler, una cifra todavía inferior a la de la Unión Europea, que se sitúa en el 30,8%. 

El alto precio de la vivienda, junto con la financiación limitada para su adquisición, ha generado mayores barreras de acceso a la propiedad. Los estrictos requisitos hipotecarios han empujado a un número creciente de personas hacia el mercado del alquiler. El retraso de la emancipación, el aumento de hogares unipersonales y la preferencia por la movilidad profesional también han contribuido a ello. Sin  embargo, el alquiler presenta también serios problemas que dificultan el acceso a una vivienda para muchas personas. El último dato facilitado por el Instituto Nacional de Estadística (INE) apunta a que la población española roza ya los 49  millones de habitantes. La escasez de oferta, insuficiente para cubrir las necesidades de una demanda creciente, especialmente en las grandes ciudades, ha provocado un aumento de los precios del alquiler que ha traído al centro de la agenda social y política la cuestión de la vivienda y las posibles soluciones para hacer frente a este problema.

El Observatorio del Alquiler de la Fundación Alquiler Seguro y la Universidad Rey Juan Carlos, en colaboración con el portal inmobiliario Fotocasa, presenta el estudio Situación Sociodemográfica de los Inquilinos en España, en el que  analiza aspectos relacionados con las condiciones sociales, demográficas y financieras de las personas que viven de alquiler en todas las provincias del país.

Este estudio toma como base la situación del mercado del alquiler a mediados de este año, con la última actualización de los precios que el Observatorio dio a conocer para el segundo trimestre de 2024. Este análisis establece también una comparativa entre el arrendamiento de viviendas completas y el alquiler de habitaciones.

Provincia Presión Precio Ingresos Esfuerzo Oferta per cápita
Ciudad Real 13 496€ 1.990,4€ 25% 1%
Palencia 9 512€ 2.120€ 24% 1%
Teruel 8 483€ 2.043,2€ 24% 1%

En estas provincias existe una despoblación progresiva. Son ejemplos de la llamada “España vaciada”, donde se registra un continuo descenso demográfico debido a la emigración de jóvenes hacia grandes ciudades en busca de mejores oportunidades educativas, laborales y sociales. Tampoco suelen ser destinos atractivos para la migración, lo que limita la presión sobre el mercado inmobiliario. Además, su población envejecida reduce la demanda de alquileres, ya que este segmento suele residir en viviendas en propiedad adquiridas en décadas anteriores.

En muchas de estas provincias, la oferta de inmuebles en alquiler supera la demanda, debido, en muchos casos, a desarrollos urbanos que no lograron atraer a suficiente población, dejando viviendas desocupadas. En estas zonas, por tanto, existe una cultura dominante de vivienda en propiedad frente a otras alternativas. 

Esto permite que los precios se mantengan más bajos en estas provincias. Aunque los ingresos medios en estas provincias son más bajos que en las grandes ciudades, el esfuerzo económico es mucho menor, precisamente porque la renta que se paga por el alquiler de una vivienda es mucho más accesible a consecuencia de la escasa demanda y la amplia oferta relativa. 

El análisis evidencia un claro contraste entre el mercado de alquiler en provincias como Teruel, Ciudad Real y Palencia, caracterizadas por una baja demanda, precios accesibles y una economía poco dinámica, y los grandes núcleos urbanos y regiones turísticas como Madrid, Barcelona y Baleares, donde los precios altos generan un esfuerzo financiero insostenible para muchas familias. En las provincias menos dinámicas, la despoblación y el exceso de stock perpetúan un mercado estable pero poco atractivo, mientras que, en las grandes ciudades y zonas turísticas, la presión de la demanda, combinada con una oferta insuficiente y la competencia de los alquileres vacacionales, agrava la situación en el mercado de la vivienda en alquiler.

Para abordar estos desafíos, es necesario implementar políticas diferenciadas. En las regiones con baja demanda, se debe impulsar la reactivación económica, promover la atracción de población joven y migrante, y favorecer la reutilización del stock habitacional. En los grandes núcleos urbanos, resulta fundamental establecer medidas fiscales que incentiven el alquiler, tanto para arrendatarios como para arrendadores, además de ampliar la oferta de viviendas en alquiler, fomentar la creación de vivienda asequible y regular el impacto de los alquileres turísticos. Un enfoque equilibrado y sostenible permitirá mejorar la accesibilidad y fortalecer el mercado inmobiliario del alquiler, contribuyendo al bienestar de la población.